"Él dice que los cántabros van de frente y que no se callan las cosas. Pues que hable. Que hable, ¿no?", dice Alberto Chicote antes de presentar al segundo concursante de este programa de Batalla de restaurantes que se desarrolla en Menorca. Él es Diego Merino, tiene 40 años y es el gerente y propietario del restaurante Miramar.

En esta ocasión, los rivales compiten, sobre todo, con sus calderetas de langosta como armas, pues el objetivo es decidir quién de ellos hace la mejor de la zona, y Diego cree que si la de Miramar no es la mejor, está entre las mejores. "Lo que hacemos es incorporar técnicas de cocina moderna en una receta de tradición", cuenta acerca de su cocina.

"Vamos a ganar Batalla de restaurantes porque tengo un equipazo que sabe perfectamente lo que hace. Somos más familia que equipo", asegura en su entrevista personal ante las cámaras.