Llega el momento de que La Central Gastro Bar se someta a la despiadada crítica de los participantes de Batalla de restaurantes. Omar, su copropietario y gerente, tiene que tragarse lo que sus rivales tengan que decirle y valorar de sus platos, al igual que ellos lo han hecho antes con sus valoraciones. La tensión y los nervios están a flor de piel.
Claudia, de Casa Luisa, se queja de que las especias, condimentos y acompañamientos "se comen el sabor de la volandeira". El ravioli de centollo tampoco ha sido del agrado de David, de MalaSangre. "Es un plato del montón", dice con dureza. Pero el arroz rojo es lo que termina por exasperarle. "Esto es que ni de puta broma es natural", sentencia enfadado.
"Mi arroz radiactivo de carabinero con sepia está muy pasado. La ejecución es bastante pobre", termina por juzgar mientras Alberte asiente con la cabeza, mostrándose de acuerdo con las críticas. Eso sí, para Claudia, la lubina está más jugosita que la que se comió en Alberte.
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"El rodaballo está bien jugoso", reconoce este cuando Alberto Chicote le pregunta. "Eres más majo, de verdad...", dice el presentador, en principio, sin doble sentido alguno.