El 4 febrero de 2017, Ángel Prieto, un anciano de 81 años, fue asesinado en su local de Santander. Los asesinos le asfixiaron tras dejarle amordazado y atado a un pilar mientras le robaban las llaves para robar la caja fuerte de su domicilio. En el piso también amordazaron a su mujer, Teresa, de 79 años.

La periodista Bea Osa explica que la autopsia determina "que es una muerte de naturaleza homicida": "La causa es la axfisia y el cuerpo presenta costillas rotas y lesiones en los puños como si hubiera intentando defenderse". "Quizás la resistencia que opuso es la que terminó costándole la vida", afirma.

Una opinión que también comparte Severino García, administrador de Ángel: "Se me vino el mundo encima, no contaba con ello porque Ángel estaba pletórico de salud": "Era un hombre que no se amilanaba fácilmente", explica García, que cree que "quien atacó a Ángel debió de recibir más de un golpe por su forma de ser y por sus conocimientos de boxeo".