Conmocionó Vitoria en 1999
El asesinato de la abogada Begoña Rubio, a punto de casarse: "Seccionó la médula espinal y la degolló cuando estaba indefensa"
Begoña Rubio era una abogada de 28 años que fue asesinada en su despacho. En la escena del crimen, se encontró "una clara huella de calzado sobre un recibo de Correos manchada de sangre y en el cuello de Begoña, un trozo de guante de látex".
El día 25 de mayo de 1999, apareció una mujer asesinada en un despacho en Vitoria, en la calle Siervas de Jesús. "La escena es dura", explica el oficial Ángel Martínez, que explica que era "como si se congelara el tiempo". La víctima es Begoña Rubio, una abogada de 28 años, estaba "degollada tendida en el suelo", recuerda el oficial. El asesino se había ensañado con ella antes de revolver todo el despacho.
Cuando el padre de Begoña acudió a la 01:00 a la oficina de su hija por la tardanza de esta en volver a casa, se encontró con la horrible escena. Begoña yacía en su despacho con el rostro y el cuello destrozados por heridas de arma blanca. Begoña Rubio era la abogada de Clara Campoamor en la circunscripción de la provincia de Álava. Acababa de empezar el desarrollo de su profesión y estaba a punto de casarse. De hecho, el vestido de novia se quedó confeccionado.
"Hay dos elementos, dos evidencias", recuerda el oficial, que explica que encontraron "una clara huella de calzado sobre un recibo de Correos manchada de sangre y en el cuello de Begoña, un trozo de guante de látex". "Era un trocito pequeño que corresponde a la última parte del guante de un dedo", detalla Ángel Martínez, que explica que el autor del crimen se pudo cortar al pasar el cuchillo. Sobre el escritorio había una agenda, un dietario en donde Begoña anotaba sus citas. Para el día 24 había dos citas. "Ya esa madrugada nos fuimos a buscar a la persona que aparecía a las 19:30 de la tarde a su domicilio", explica Martínez, que destaca que era "un hombre de familia que explicó que tenía la cita, pero que había ido a las 19:30 y que había tocado al timbre, pero que no le había abierto".
Además, el hombre cuenta que le "llamó la atención porque por la puerta, por debajo, se veía luz". "Entendimos que a las 19:30 ya Begoña estaba muerta", detalla. En año y medio se han cometido cuatro crímenes de similar crueldad que han hecho enrarecer la tranquilidad de Vitoria. El crimen de Begoña Rubio conmocionó a la ciudad. Era ya el cuarto asesinato que se producía en un año. Por eso existía un interés especial en saber qué decía el informe de autopsia. "Era un homicidio por arma blanca con muchas heridas graves, vitales y una lesión grave de degüello que secciona toda la laringe", explica el forense Carlos López De Sosoaga, que destaca que la herida hacía pensar "que era un cuchillo o puñal de monte o de cacería".
"El agresor parece que también incide mucho en la zona posterior, cervical e infracraneal", explica el forense, que destaca que existía "una lesión incisa que entra entre la primera y segunda vértebra". "Entra ahí el arma y evidentemente secciona la médula espinal", destaca López De Sosoaga, que detalla que "la lesión inicial fue la de la columna vertebral y el degüello lo realiza como para matarla una vez que está ya indefensa en el suelo".