En 1998, la ciudad de Vitoria se vio sacudida por una serie de crímenes que marcarían un año negro. Sin aparente conexión entre ellos, uno tras otro van a sembrar el desconcierto y la conmoción entre los ciudadanos. La investigación recae en el recién creado Grupo de Homicidios de la Ertzaintza.

"El 8 de mayo se recibe una llamada en lo que es "ardatz", que le llamamos nosotros, que es el centro de comunicaciones, donde se nos comunica que unos operarios de limpieza han encontrado una bolsa de viaje sospechosa", explica Celedonio Moreno, jefe de protección ciudadana de Álava, que recuerda que acudieron "inmediatamente". "Se trata de una bolsa de tela azul en la que hay una toalla ensangrentada, un cuchillo de cocina partido en dos, una encuesta elaborada a mano, unos guantes de látex y documentación de una persona", explica.

"Los propios operarios nos dicen que en un punto anterior habían recogido una serie de bolsas y una de ellas, muy grande y pesada, que había necesitado la ayuda de más de una persona para poder echarla al camión", recuerda. El problema es que el resto de bolsas ya se encuentran en el vertedero de basura. Los operarios estiman recoger unas seis bolsas de basura.

"Primero aparece la bolsa más grande y se ve que es un tronco humano de mujer", declara Moreno, que explica que "van apareciendo progresivamente las piernas, los brazos y, finalmente, la cabeza también". "Entonces procedemos a cotejar con el DNI que habíamos encontrado en la bolsa azul anteriormente y viendo las semejanzas establecemos que se trataba de Esther Areitio", explica el jefe de Protección ciudadana de Álava, que explica que se trata de "una mujer de 55 años, viuda y profesora de inglés".