En 2004, Isabel Marcos fue juzgada y condenada por el asesinato de su amiga Vanessa Lorente, por haber retenido ilegalmente a su bebé Daniel y haber fingido ser su madre biológica. Por todo ello fue sentenciada a 18 años de cárcel.

La sombra de la sospecha se proyectó sobre toda la familia de Isabel, de manera que tanto sus padres como su marido fueron acusados por su presunta participación en la trama.

Tras horas de interrogatorio, Isabel Marcos indicó finalmente dónde buscar. La Policía acudió a la casa de los padres de Isabel Marcos, lugar en el que la joven reconoció haber enterrado a su amiga Vanessa Lorente. El padre comenzó a excavar y encontraron finalmente el cuerpo sin vida de Vanessa.

Uno de los compañeros que defendió a los acusados en el caso explica ante las cámaras del programa que muchas veces preguntaron a los implicados si podían "contarles la verdad". La sentencia era firme, pero querían "conocer lo que pasó".

El primo de Isabel Marcos, asegura que explicar por qué lo hizo solo "lo sabe ella (Isabel) y su cabeza". Respecto a sus padres, el familiar de la asesina de Vanessa opina que "ellos han cumplido con su condena, han pagado por ello y tienen derecho a rehacer su vida".

La vida de Isabel Marcos fuera de la cárcel

Pero el caso reservó para el final una extraña, y es que Isabel cumplió en prisión el sueño que llevó a matar a Vanessa Lorente: en 2009 culminó su obsesión y fue madre de una niña junto con otro recluso en la cárcel. Hoy está en libertad y visita regularmente la casa de sus padres en Monfero.

Cumplidos los 22 años del total de 28 en los que quedó su condena. Lleva algo más de dos años disfrutando de permisos de salida mientras apura sus últimos años de condena en tercer grado. Según asegura el diario El Mundo, sale cada día.

Hasta marzo de 2021 se encontraba encerrada en la cárcel de Teixeiro, ahora acude religiosamente al Centro de Inserción Social correspondiente.

Fue en la cárcel de Teixeiro de A Coruña (la misma donde se encuentra Alfonso Basterra) donde Isabel por fin cumplió su sueño obsesivo de ser madre. Fue junto a otro recluso, en uno de los vis a vis que mantuvieron. De la crianza se ocupó ella y rompió lazos con el hombre que la inseminó.