Así era el asesino de Vitoria
Koldo Larrañaga, el "psicópata" que asesinaba por dinero en Vitoria: un profesor y hostelero 'amable' con un alto coeficiente intelectual
"Esa divergencia entre cómo quería vivir y como podía vivir le van adentrando en un mundo catastrófico", afirma un experto, de Koldo Larrañaga el asesino de Vitoria. Aunque se le achacaron cuatro asesinatos, solo le pudieron vincular finalmente dos.
Koldo Larrañaga confesó dos de los cuatro crímenes que los investigadores le atribuían: el de Begoña Rubio y Agustín Ruiz. Sin embargo, cuando le preguntan por Esther Areitio y Acacio Pereira, Koldo aseguró que no los mató, que ni siquiera les conocía. Pero ¿quién es en realidad Koldo Larrañaga? Miguel Gutiérrez, el perito requerido por el Colegio de Abogados de Álava para hacer un peritaje de Koldo afirma que era "un hombre muy educado y cortés": "Nos dice que es una persona nacida en un pueblo de Guipúzcoa, que nace en una familia convencional y que viene a Vitoria a estudiar".
Koldo inicia los estudios de Magisterio, pero los abandona y empieza a ganarse la vida dando clases de euskera, de vasco. Su vida transcurre dentro de una normalidad, Lo único destacable de este hombre es que es un hombre seductor, que cae bien. Koldo trabajó como profesor durante 11 años en Vitoria. En ese tiempo, además, se casa y tiene un hijo. "Pero llega un momento en que su sueldo no le alcanza a fin de mes y es entonces cuando decide emprender una carrera como comercial. Vende ordenadores, productos de limpieza y distribuye cerveza de importación. Más tarde llega a montar un criadero de caballos e incluso una cervecería", explica el experto.
A partir de ahí, ya es una carrera de despropósitos, una carrera de fracasos. Larrañaga necesita dinero perentoriamente, en base a las deudas que tiene, traspasar una línea en el barco social y se adentra en ambientes donde el dinero circula fácil. Además, Koldo Larrañaga tenía un coeficiente intelectual muy alto, un 138. Es decir, muy superior a la media.
"El coeficiente intelectual alto es muy frecuente también en los psicópatas", explica un experto, que destaca que él "se cree que es un hombre importante y esa divergencia entre cómo quiero vivir y cómo puedo vivir le van adentrando en un mundo para él finalmente catastrófico".