En su segundo intento de dar con Juan Ignacio, Pablo, el cazaherederos, logra al fin entrar en su casa. El motivo de su visita es hacerle saber que tras el fallecimiento de su tía Mercedes hace unos años, Juan Ignacio es el heredero de todo su patrimonio. "Ese patrimonio si usted no hace nada se lo va a quedar el Estado. No sé si estaría interesado en que le representemos legalmente", le cuenta Pablo.
El heredero no duda en aceptar la propuesta: "¿A quién no le viene bien un dulce?".
Juan Ignacio está jubilado y perdió el contacto con su tía Mercedes al creer que vivía en una residencia de ancianos: "Ella era una persona ahorrativa y mi abuela creo que dejó algo porque ella vivía con mi abuela", les cuenta.
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