Cada vez nos interesamos más por lo erótico. Además, las nuevas generaciones tienen más acceso a todo tipo de información sobre el tema... y si no que se lo pregunten a Ernesto Sevilla, quien relata cómo la manera de darle a la imaginación en el sexo ha evolucionado: "En mi época no había tantas facilidades, sólo había revistas o campamentos para contar 'relatos eróticos inventados'".
Pero este interés no lo tienen todos, o por lo menos no todos ponen tanto empeño. Ana Morgade cuenta cómo son los españoles en el sexo que, además de buscar mucho porno, saca muchas otras conclusiones: "Mientras unos españoles están activos, como los gallegos, otros parece que están algo dormidos". La humorista concluye: "Somos como el gimnasio, vamos menos de lo que deberíamos y sudamos lo justo".
Para los más innovadores llega Berto Romero, quien reflexiona sobre la necesidad de hacerse 'blanqueamiento anal': "¿Qué ha ocurrido con nuestra sociedad? ¿En qué momento empezó a ser relevante el color de la piel que rodea el ano?". El cómico no lo puede terminar de entender: "No creo que sea una característica a tener en cuenta en una persona, si lo fuera lo pondríamos en los perfiles del Meetic".
De esta práctica tan extraña, pasamos a las relaciones con ordenadores, ligando con alguien a miles de kilómetros que ni siquiera conoces e intentando explorar en el sexo a través de la pantalla. Ante esta nueva moda, Canco Rodríguez quiso opinar: "Llámame loco, pero lo del cibersexo no me convence. Si el sexo sin amor es frío, sin tías ya ni te cuento".
Y puede que por todo lo extraño de estas prácticas, los españoles no tengamos tanto sexo o recurramos a métodos más clásicos como la masturbación, que a pesar de ser algo de lo más tradicional, a El Gran Wyoming le entran las dudas: "Unos dicen que la masturbación es buena, otros mala, otros que produce ceguera... yo pienso que la masturbación es el aerobic de la autoestima" .
¿Será quizás que con toda esta variedad, al final se acaba perdiendo la chispa? María Isabel Díaz decidió poner en práctica sus fantasías sexuales con su pareja y, entre anécdotas, cuenta en El Club de la Comedia cómo aunque la llama del amor esté apagada, hay forma de reavivar tu relación.