El 17 de agosto de 2017 una furgoneta irrumpió en Las Ramblas de Barcelona llevándose por delante a todos los viandantes que paseaban por la zona. España volvía a sufrir el zarpazo del yihadismo.
Ana Pastor se reúne con Jonatan Guasch, un mosso d'Esquadra que se encontraba de servicio cuando ocurrieron los hechos para conocer cómo lo vivió.
España se encontraba, como ahora, en alerta 4 de terrorismo. Cuando el equipo de Jonatan se desplaza a Las Ramblas tienen la certeza de que se trataba de un atentado: "La imagen hasta donde alcanzaba nuestra vista era mobiliario urbano tirado, gente por el suelo y silencio. Un silencio que duró tres o cuatro segundos. Fue como estar en un túnel, salir, y empezar a escuchar gritar a todo el mundo".
Jonatan estuvo atendiendo a la gente y luego se desplazó a La Boquería, por donde había huido a pie el terrorista. Allí cuenta cómo, sin querer, se separó de su compañero: "Cada pasillo es un peligro, no sabes lo que hay en cada vuelta".
Al conocer que el atacante se había dado a la fuga su función pasó a ser asistencial con las víctimas. El mosso explica que fue un momento muy duro porque había gente a la que ya no podían ayudar: "Si pierdo tiempo en algo que es imposible, ese tiempo es valioso para salvar otras vidas".
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Después de todo lo que vivió ese día, Jonatan asegura a Pastor que lo último que hizo cuando llegó a casa fue coger a su hijo y meterle con él en la cama: "Era mi motor".