Las aventuras de Harry, Ron y Hermion ya habían cautivado a los niños a través de los libros de la escritora inglesa J.K. Rowlling. La escritora buscó en una guía el contacto de agentes literarios y se lo envió a Christopher Little porque le hizo gracia el apellido. Nos lo cuenta Singrid Kraus, fundadora de la Editorial Salamandra.
La editora explica que a pesar del informe negativo que tenía del libro, tras leerlo -por la insistencia del agente- decidió que lo quería publicar porque era "el libro que le habría gustado leer de niña".
Kraus reconoce que habrían podido comprar toda la saga: "Fuimos tontos y compramos solo uno para empezar". La editora explica que el fenómeno les sorprendió y que preparaban muchas actividades cada vez que se publicaba una nueva entrega pero "los niños solo querían coger los libros y empezar a leer".
"No hay nada que transformara la mente de los niños y la capacidad de los niños de volver a valorar lo que es un libro", sentencia la editora Singrid Kraus.
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