En 1994 un grupo de arqueólogos españoles logró un hallazgo revolucionario: la dentadura de un ser humano que vivió en la sierra Atapuerca, Burgos, hace más de 800.000 años. Fue el descubrimiento de una nueva especie: el Homo Antecessor.
Aurora Martín fue la arqueóloga que encontró los primeros restos y, ahora, siendo coordinadora del Museo de la Evolución Humana recuerda ese momento en Dónde estabas entonces: "Aparecieron tres dientes, entonces, empezamos a compararlos y, después de tres años de comparación e investigación, se decidió que tenía que ser una nueva especie, era el humano más antiguo de Europa".
Por su parte, Juan Luis Arsuaga explica a Ana Pastor en este vídeo cómo se enteró del descubrimiento: "Estaba aislado en el interior profundo de la montaña, así que me enteré a la salida". Además, el paleoantropólogo destaca que en 1994 también "se había celebrado una serie de reuniones científicos internacionales en las que se había llegado a la conclusión de que la llegada del ser humano a Europa era relativamente tardía en comparación con Asia. No había ninguna prueba convincente".
Hasta que llegó con esta gran descubrimiento español. "Lo recuerdo como algo mágico. Comprendí lo que es llorar y reír al mismo tiempo porque estábamos haciendo historia y Patrimonio de la Humanidad", señala Aurora Martín. En ese mismo año también se descubrió una pelvis, la única completa.
"Cambió lo que se pensaba porque, ahora, sabemos que nuestros antepasados eran tremendamente fuertes mientras que la especie de ahora es la menos robusta, pero la más eficiente. Hemos sacrificado la fuerza del individuo porque contamos con la del grupo", explica Arsuaga.