Con el anuncio de Anar de que no seguiría en la primera línea política al terminar su mandato en 2004, quedaba abierto el camino para suceder al líder del PP.
En las quinielas sonaban tres nombres con muchísima fuerza: Rodrigo rato, Mariano Rajoy y Jaime Mayor Oreja. La decisión de quién sería su sustituto la iba a tomar el propio Aznar, razón por la cual la pregunta de quién sería el afortunado se repetió una y otra vez.
Los rumores eran constantes y se empezó a decir que el nombre del elegido lo tenía apuntado en un famoso cuaderno azul que siempre llevaba con él: "Este cuaderno solo lo miro yo", aseguraba en rueda de prensa.
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Aznar no solo mantuvo el misterio alrededor de su cuaderno azul, si no que también jugó al despiste en sus intervenciones públicas. No sería hasta septiembre de 2003 cuando Aznar nombraría a su sucesor: "Desde hoy quiero decir con toda claridad que el líder del PP se llama Mariano Rajoy".