Durante los años 90,la agenda económica tenía nombre propio, el de un banquero gallego que consiguió hacerse hueco entre la élite financiera y social acaparando tertulias y debate: Mario Conde.
"Es un personaje que llega a este país en el momento oportuno. Compra un apellido nobílisimo y da un pelotazo, inaugurando toda una era. Mario Conde y Juan Abelló entraron en Banesto, el entonces Banco Español de Crédito", explica la periodista Ana R. Cañil.
El 28 de diciembre de 1993, Alfredo Pérez Rubalcaba apareció frente a las cámaras para anunciar la noticia: el Banco de España intervenía a Banesto. El Consejo de Administración fue destituido porque la gestión de Conde había dejado un agujero de más de 600.000 millones de pesetas.
Entonces, el banquero ingresó en prisión acusado de estafa, pero salió un mes despuñés tras pagar 2.000 millones de peseta. Por ello, pasó toda una década investigado.
Así es cómo empezó 1993: con el descubrimiento de los cuerpos sin vida de Desireé, Toñi y Miriam. Las menores, que habían desaparecido dos meses antes, fueron secuestradas y asesinadas.