La quiebra de Lehman Brothers precipitó la peor crisis económica que se recuerda desde el crack del 29. Los bancos de inversiones llevaban años cimentando su negocio en hipotecas basura, el resultado fue un sistema frágil que en 2008 acabó derrumbándose. Era el pinchazo de la denominada burbuja inmobiliaria.
La cascada que comenzó en EEUU contagió a los bancos centrales y gobiernos de todo el planeta, también a España, donde a lo largo de 2008 ya había indicios del frenazo de la economía. Sin embargo, Zapatero tardó en reconocer que estábamos en crisis, una situación que llegó más tarde a nuestro país que al resto de la zona euro pero que tocó de lleno a nuestro sistema financiero.
Muchos españoles tuvieron que enfrentarse a una de las caras más dramáticas de la crisis, los desahucios. Matías Gonzaléz y sus tres hijos vivieron el miedo de verse en la calle. Así lo recuerda: "Entre 2008 y 2009 me cambió todo completamente, fue bajar en picado. Cerré el bar y al ser autónomo no tenía derecho ni a paro. Cuando me llegó la primera carta de desahucio, me quedé que no sabía qué hacer. Un amigo me dijo vete a la PAH".
Junto a Ana Pastor ve las imágenes en las que junto a otros miembros de la PAH, Plataforma de Afectados por la Hipoteca, como Ada Colau luchaba por evitar los desahucios y asegura que todavía se emociona: "Yo tuve cuatro intentos de desahucio, no es que no quisiera pagar es que no podía. Gracias a la PAH conseguí la condonación de deuda total de Bankia".
"A mucha gente le digo que hay luchar y por eso sigo en la lucha", asegura ahora, años después, cuando su situación es más estable: "Hice un curso de controlador de accesos y trabajo en una portería, vivo de alquiler social".
Matías González está seguro de la PAH le salvó la vida: "Si no llego a conocer a la PAH estaría criando malvas o recogiendo cartones. Me dieron un empoderamiento que gracias a ellos estoy aquí en pie".
La crisis española provocó el cambio de gobierno, llegó a dejar a miles de personas en paro y a miles de familias sin casa.