Javier Ajenjo es el director del Sonorama y explica cómo se lanzaron a crearlo tras su experiencia como asistentes a este tipo de eventos: "Nos inventamos un festival porque nosotros habíamos ido ya a dos otros y soñábamos con eso en nuestro pueblo".
Sin embargo a priori no contaban con los atractivos de otros festivales: "Nuestras limitaciones eran grandes, no tenemos playa, esto no es Madrid ni Barcelona, es un pueblecito de Castilla, ahora que está tan de moda esto de la despoblación. Entonces los que hemos decidido quedarnos, luchar aquí pues creemos que hay que dar oportunidades a los menos favorecidos y para nosotros pues es un lujo dar una oportunidad a esos grupos emergentes".
Una de esas bandas emergentes fue un pequeño grupo de la localidad madrileña de Tres cantos, Vetusta Morla, que en 2008 actuó en el Sonorama. Así lo recuerda Ajenjo: "Recuerdo perfectamente que un amigo me dijo Javi necesito tener esta banda en el festival, en aquel momento ya se les empezaba a notar. Subieron al escenario unos chicos que llevaban luchando 8 o 10 años en el mundo de la música tocando en garitos en locales pequeños. Y allí subió un Pucho que que era como un peque, en el buen sentido, y se produjo un momento mágico".
Así lee Ajenjo el éxito de esta banda: "Han demostrado que no hace falta venir de Londres, de Los Ángeles o de Nueva York. Tenemos que aprender a valorar lo que tenemos aquí y creo que ellos son el mejor ejemplo".
Y desde el otro lado, así fue la vivencia de la banda. Pucho cuenta que al principio les había molestado que porque no les programaron en el recinto por la noche, pero luego vivieron un concierto muy especial: "Cuando llegamos a la plaza y vimos aquello dijimos dios qué es esto. Y fue una locura, la verdad la gente cantando desde el principio, todas las canciones y tenemos un muy buen recuerdo de ese año".
Angelillo, 'El rambo de Bureba' que odiaba a Salvador Barrio
El terrible atropello y asesinato a Rosalía Martínez de Angelillo que dio un giro al triple crimen de la familia Barrio
El 25 de agosto de 2011, Rosalía Martínez, una anciana de 84 años de la Parte de Bureba, el pueblo de Salvador Barrio, fue atropellada por Angelillo, el vecino que hizo las pintadas contra Salvador en el cementerio.