En 1997 nuestro país había avanzado en muchos aspectos, pero en otros nos quedaba un largo camino por recorrer. La violencia contra las mujeres se colaba en nuestras vidas casi sin darnos cuenta, con chistes como "mi mujer se pinta sola, lo que hace falta es colgarla".
Noemí López Trujillo, periodista experta en género, explica que "la proyección cultural trasmitía ese discurso de maltrato a la mujer con un empaque de humor y lo blanqueaba".
Aunque en aquella España se bromeaba con el tema, en los 90 se produjeron en nuestro país numerosos crímenes contra las mujeres, una violencia que teníamos normalizada y aceptada. Así lo demostraban la letra de algunas canciones: "Al llegar a casa después de un largo día de trapicheo, esa mujer cruel no tenía listo todavía el papeo y la tuve que matar".
En aquella época vivíamos ajenos a una realidad que empezaba a ocupar titulares que nos retrataban como sociedad: "Reconozco que le di un par tortazos, pero una madre lo aguanta todo", "si veo que se está pasando la tendré que dar un correctivo", "si la mujer es una guarra, hay que partirle la cara".
Pero esto no era lo único, las portadas de periódicos y los informativos hablaban de "crímenes pasionales" o de "la gran tragedia del celoso que mató por amor".
"El lenguaje que utilizan los medios es un marco muy importante y en aquella época era bastante perverso. Se hablaba de violencia doméstica", señala Noemí López, que además indica que eran "sucesos que no se juzgaban como violencia de género".
En esta época "no existían juzgados específicos, ni el 016. Ya no solo era la dejadez de la administraciones, sino que tampoco existía el relato, las mujeres no hablaban de ello", sentencia esta periodista.
Macarena García ha contado su historia en este vídeo de Dónde estabas entonces para concienciar sobra la importancia de "levantar la voz y pedir ayuda" cuando se sufre maltrato.