El Cisma de Occidente
Amenazas de decapitación, saqueos y un cardenal disfrazado: Mikel Herrán recuerda el cónclave más desastroso de la historia
En 1378 el cónclave para elegir papa no estaba tan bien organizado como ahora. El historiador Mikel Herrán analiza en este vídeo cómo la elección del papa Urbano VI provocó tumultos y "dividió Europa durante 40 años".

Hoy en día, los cónclaves como el que tendrá lugar tras la muerte del papa Francisco tienen un protocolo para cada detalle, pero no siempre fue así. Mikel Herrán recuerda en el vídeo sobre estas líneas cuando elegir papa acababa "en desastre".
Allá por 1378, la Iglesia católica llevaba 60 años con papas que no vivían en Roma, sino en Avignon. De hecho, el rey de Francia llegó a envenenar al pontífice para conseguir que se nombrase un papa francés.
Los reyes de Francia "manejaban el cotarro", según Mikel, lo que provocó cada vez más tensiones entre Francia y las ciudades italianas, como Florencia, que llegó a organizar un levantamiento, mientras el papado contrataba mercenarios para sofocarlo.
Para calmar las cosas, el papa Gregorio XI tomó la decisión de volver a Roma. Sin embargo, murió a los cinco meses. En aquel momento la tradición desde hacía siglos era "saquear los bienes del papa", de manera que varios romanos amenazaron al camarlengo para que abriera el tesoro papal de castillo de Sant'Angelo o le decapitaban.
A su llegada a Roma para el cónclave, los cardenales encontraron procesiones de campesinos con lanzas, bandas armadas, así como instrumentos de decapitación colgando de San Pedro para que fuera lo primero que vieran al llegar.
La primera noche del cónclave, un tumulto saqueó la despensa papal. Ante esta presión, los cardenales escogieron a un candidato italiano. Sin embargo, cuando un gesto del cardenal que lo anunció se interpretó como que no era romano, "se lio tal pitote que tuvieron que disfrazar de papa a un cardenal romano para que se hiciera pasar por el elegido y calmara a las masas". "El primer papa con un doble de acción", comenta Wyoming.
Calmadas las aguas, se anunció al verdadero Urbano VI. Sin embargo, cuando todos los cardenales salieron de Roma, declararon inválida la elección. Urbano VI se negó a abdicar y ese mismo año se eligió a Clemente VII. Así comenzó lo que se conoce como el Cisma de Occidente que, explica Mikel, "dividió Europa durante 40 años".
En esa época no hubo dos, sino tres papas a la vez, lo que provocó algunas guerras. "Tal y como están las cosas, mejor un cónclave tranquilito, un solo papa y ya está", afirma.