Andrea Ropero acompaña a la columna norte de jubilados y pensionistas en su recorrido hacia Madrid. El pasado 23 de septiembre salieron desde Bilbao, y se encontrarán en la capital con un grupo que llega desde Rota, Cádiz. Lo hacen para reivindicar pensiones dignas.
Una de esas pensionistas es Begoña Vesga, que se ha unido a la marcha de manera individual: "Desde que me he jubilado voy los lunes a la plaza de mi pueblo, y cuando vi esta iniciativa me sumé, sin conocer a nadie". Asegura que la experiencia está siendo "ideal", y que ha conocido a "almas gemelas" durante la caminata.
"Venimos del mundo industrial y vemos que las mujeres rurales son super fuertes, super empoderadas. El movimiento de pensionistas de los pueblos por los que hemos pasado, fundamentalmente las portavoces eran mujeres", reivindica.
Vesga, que lleva cuatro años siendo pensionista, después de cotizar desde los 18 ininterrumpidamente, reconoce que ha "tenido suerte". Una suerte que no correrá su hija, o sus nietos, y que tampoco tuvo su madre. "Esto no es un tema de mi pensión, es para mi hija que no ha tenido más que empleos precarios y va a tener muchas dificultades, y por mis nietos, que no sé qué futuro van a tener. Estamos aquí por el futuro", sentencia.
Valentín Martín, de Zaragoza, es otra de las personas que marcha. Explica, emocionado, que están siendo unos días únicos. "Mi familia reaccionó muy bien, si mis hijos no trabajasen estarían aquí, apoyando", cuenta.
Explica que trabajó en la misma empresa desde los 14 y a los 57, cuando le despidieron: "Con 57 años no te coge nadie, y perdí el 24% de la pensión teniendo 47 años cotizados. Es consciente de que su situación no es la peor: "No nos podemos quejar, hay gente que está trabajando y cobrando menos que nosotros".
Lorenzo Salguero, de Extremadura, hace hincapié en la bondad de la gente de los pueblos en los que están parando para descansar: "La gente de pueblo humilde te da lo que tiene, es acojonante". "Hemos pasado por pueblos pequeños y nos han dado cajas de pimientos, de tomates. Gente que apenas tienen nada y te lo dan todo".
Cuando la marcha llega al pueblo donde van a pasar la noche, Ropero habla con un grupo de voluntarias, que participan en la causa y preparan la comida para los pensionistas: "Cuando supe que venían aquí hablé con los de Izquierda Unida para organizar la acogida".
La reportera también habla con Victoria Fernández, asturiana, que marcha con una prótesis en la pierna: "Es duro, pero muy emocionante. Cuando voy caminando y no puedo más, me dicen que me vaya a la furgoneta", cuenta ilusionada. También relata la solidaridad de los pueblos: "Nos están recibiendo en todos los pueblos con tanta solidaridad, que estamos engordando y no hemos dormido al raso ningún día", bromea.
Por último, Ropero habla con Javier Martínez. Dice que está participando gente de distintas ideologías: "Es trasversal, no nos lo esperábamos".
Ha trabajado 45 años, y lleva dos jubilado. "El tema de las pensiones ha salido desde que salió la crisis, y muchas de las entidades privadas que la provocaron vieron una golosina en las pensiones. Realmente están en peligro, y por eso vamos a Madrid", defiende.
Le diría que entiendo las presiones internacionales, no me gustaría estar en su pellejo, pero que intente legislar para repartir la riqueza, subiendo el salario mínimo y las pensiones, así se recupera y se invierte en la sociedad, no se va a ir a paraísos fiscales".
A la vuelta a Bilbao, dice, seguirán saliendo a la calle para pelear por el futuro de las pensiones de todos los españoles.
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