Andrea Ropero entrevista en El Intermedio a Marta Viñán y a Faustina, una ecuatoriana y española, respectivamente, que tuvieron que abandonar su países de orgien, en épocas diferentes, pero con un objetivo claro: buscar de un futuro.

Marta Viñán abandonó Ecuador para venir a trabajar a nuestro país hace 17 años, a pesar de que sólo tiene 34. El 19 de marzo de 2002 llegó a Madrid como turista. Faustina Díaz, española de 79 años, tuvo que marcharse de España en el año 1962.

Viñán cuenta en El Intermedio cómo ha sido víctima de ataques racistas mientras trabajaba como encargada en un supermercado: "Una señora dijo que no quería que la atendiera yo porque era latina y venía a quitarle el trabajo a su hija". La joven recuerda cómo tuvo que bajar al baño a llorar porque "no te puedes derrumbar delante de un cliente".

Otros momentos destacados

Faustina y Marta tuvieron que enfrentarse a algo muy duro: dejar a sus hijos en su país de origen para seguir trabajando. En este vídeo, Faustina recuerda cómo vivió esos duros momentos: "Me vine a dar a luz a España, mi marido se fue y yo me quedé, pero luego tuve que dejarlo con mi madre y me tuve que ir. Ese fue mi dolor. Todas las noches lloraba por mi hijo".

El dolor de una española migrante al tener que separarse de su hijo: "Todas las noches lloraba por él; no podía vivir sin mi hijo"

Ambas han narrado cómo era su vida como migrantes y a qué problemas han tenido que hacer frente. Esta es la entrevista completa de Andrea Ropero en El Intermedio:

España, un país de migrantes: un retrato vital sobre los años en los que estábamos en la otra cara de la moneda