Vania y Carmen son camareras de piso en dos grandes hoteles de Barcelona, y llevan entre 20 y 30 años dedicándose al sector.

El día a día, explica Carmen Crespo es "coger el carro y empezar a hacer habitaciones hasta donde llegue". Limpian unas 29 habitaciones al día, a menos de 15 minutos cada habitación.

Si no cumples con los objetivos, asegura Vania Arana, "te echan": "Fríamente calculan la cantidad de habitaciones que tienes que hacer y si no las cumples te llaman la atención. A las que están externalizadas las echan".

El sueldo, es mísero. "Nos pagan entre un euro, 1,20 o 1,50 en el mejor de los casos", reconoce la empleada. Recibe 820 euros euros mensuales, por lo que ha reconocido tener otro trabajo: "No podemos salir un domingo a tomar un vermut porque tenemos que estar trabajando o porque no me llega. Una cerveza ya te lo piensas", y es que cuesta más una de lo que recibe por habitación.

El caso de Vania es diferente, ella está contratada por el hotel y teóricamente debería cobrar lo mismo que una persona externalizada, pero asegura que "no se cumple": "Te suben la cantidad de habitaciones que tienes que hacer. De esta manera se burlan, como los horarios para fichar. Suben la hoja, la firmas y sigues trabajando".

"La externalización no deja ni que te enfermes, ni que seas mamá", explica Vania, que asegura que todas las enfermedades que sufren, "vienen del trabajo": "Tengo tendiditis en la mano derecha, lumbalgias, ciática, migraña, estrés", y nada de ello está reconocido, asegura Carmen.

Como colectivo, Carmen pide "la jubilación a los 60 años en pleno derecho. No queremos subcontratas y queremos que se nos reconozcan todas las enfermedades que padecemos".

"El presidente Sánchez dijo 'estoy con vosotras' y yo le digo al señor Sánchez: cumpla. Saque la bendita 'ley kelly'. Somos personas, no somos números, ni robots", ha zanjado la empleada.

Además, la presentadora ha salido a la calle para dar a conocer a los turistas que se hospedan en hoteles cuánto cobran las mujeres que se encargan de limpiarlas.

La reacción de los turistas al conocer que las Kellys cobran 1,50 por habitación: "¡Es una vergüenza!"

Mientras ellos pagan entre 60 y 100 euros por una noche de hotel, las limpiadoras reciben un euro por su trabajo, un dato que ha sorprendido a los entrevistados que consideran que la situación es "horrible" y "vergonzosa".