Andrea Ropero ha acudido a las puertas del Samur Social de Madrid, donde decenas de personas esperan a conseguir una plaza que les permita dormir bajo techo. Allí ha encontrado a Cristina, una de las personas que solicita ayuda.

Andrea Ropero descubre el día a día de un solicitante de asilo: la calle es "todo lo que les queda"

De nacionalidad colombiana, se niega a dar la cara porque huyó de su país por motivos de seguridad: "Soy defensora de los derechos humanos y los defensores de los derechos humanos en Colombia estamos siendo asesinados".

La colombiana ha asegurado que en el país sudamericano dejó "su vida": "Dejé mi profesión, mi hijo, muchos amigos, todo". Lleva cinco días en España en los que ha estado viviendo en la calle porque "no hay plazas" en el Samur Social, y "pueden tardar meses". "Aún así hemos vuelto porque no hay más sitios donde ir", ha reconocido; porque volverse a su país "no es una opción".

A las puertas del Samur Social también se encuentra Joana, madre de dos niñas, que ha reconocido que si la ayuda no llega, la calle es lo único que les queda: "No tenemos un amigo ni nadie a quien acudir".