Carolina Elías, trabajó durante muchos años como empleada del hogar, y ahora lucha por los derechos de este colectivo que, afirma, son "esclavas sin derechos": "Ha sido así desde hace muchos años y, ahora que el perfil de la empleada del hogar es una mujer migrante, es mucho más".
Afirma que dentro de su salario por hora, unos ocho o diez euros, se incluye "pagas extras, festivos, vacaciones y el pago de la seguridad social". Por eso, en muchos casos incluso "resta". "Salen ganando muchas de ellas hasta dos euros", ha explicado. Además, asegura que a pesar de haber sido consideradas como trabajadoras esenciales durante la pandemia, no han formado parte del sistema: "Muchas compañeras me decían que más que miedo al coronavirus tenían miedo a no llegar a fin de mes y no poder sobrevivir".
Elías ha ejemplificado las historias que se esconden tras estas mujeres con el caso de una de sus compañeras. "Se quedó durante el estado de alarma trabajando los fines de semana y esperaba que a fin de mes le pagaran por esos días extra que había hecho, cuando se lo comentó a su jefa ella le empezó a gritar que era 'una aprovechada, una golfa, que cómo se le ocurría reclamar más'. Le pegó una cachetada". Puedes escuchar su dura historia en este vídeo:
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