Se cumplen diez años desde la famosa restauración del Ecce Homo de Borja, una obra que dio la vuelta al mundo y que se ha convertido en todo un referente de la cultura popular. Para ver cómo ha cambiado la vida del pueblo en este tiempo, Thais Villas se ha trasladado hasta allí, donde ha podido hablar con la mismísima Cecilia Jiménez, la restauradora.

"Lo veía viejo, sin cara y sin nada, y me decía 'voy a coger los cacharros y me voy a ir a iglesia y lo voy a hacer", explica Cecilia sobre qué la llevó a restaurar la pintura. "Veía que el salitre se venía abajo y ella lo empapó, con la intención de, al volver de un viaje, arreglarlo, pero ya no le dio tiempo", comenta Marisa Ibáñez, sobrina de Cecilia, que también recuerda los duros momentos que sufrió su tía durante el boom mediático: "no comía, no quería salir de casa, pasó mucha vergüenza".

Sin embargo, Marisa recuerda que "el cariño de la gente fue lo que la ayudó a salir adelante", un apoyo que la propia Cecilia sigue agradeciendo. "Cómo puede ser que en el extranjero me hayan conocido de esta manera", se pregunta la restauradora del Ecce Homo, que en el vídeo sobre estas líneas define todo lo que ha vivido como "un milagro que la Virgen de la Misericordia me ha hecho".

"Es un icono pop"

"Nos ha puesto en el panorama mundial turístico", afirma a Thais Villas el alcalde de Borja, que destaca que, gracias al Ecce Homo, esta localidad aragonesa recibe cerca de 10.000 visitantes al año e ingresa 50.000 euros en las arcas públicas.

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