Israel intensifica los bombardeos sobre la Franja de Gaza. El ejército israelí ha conseguido recuperar el control de la frontera pero los bombardeos continúan. Por el momento, nada se sabe de los 150 rehenes a manos de Hamas pero esto no ha alterado la estrategia de Israel y el número de muertos, de ambos bandos, sigue aumentando. Para conocer la última hora del conflicto, El Intermedio conecta con el periodista Mikel Ayestaran, que se encuentra en Jerusalén.

El periodista ha podido desplazarse hasta la frontera de Gaza y, además, ha podido acceder a varias localidades donde se han registrado combates entre el ejército israelí y los milicianos de Hamás. Como manifiesta el periodista, "las señales de combate era evidentes". Estas localidades son pequeñas aldeas agrícolas donde la situación es muy complicada y se han dado, en palabras de Ayestaran, "verdaderos baños de sangre".

Además, con respecto a la estrategia que puede seguir Israel para seguir combatiendo a Hamás se presupone que, de manera inminente, se va a llevar a cabo una incursión terrestre. Como cuenta Ayestaran, ya se han podido ver en la zona norte miles de tropas y tanques que están esperando luz verde para llevar a cabo esta incursión. Además, se han intensificado los bombardeos en la zona, algo, como dice Ayestaran, que "suele ser el paso previo a que entren soldados por tierra".

Esta no sería la primera incursión por parte del ejercito de Israel, que ya realizó una en el año 2014. En ese momento los soldados israelíes sufrieron una emboscada por parte de los milicianos de Hamas y, se sospecha que se podría volver a repetir, ya que, como afirma el periodista, "Hamás lleva 15 años esperando una operación terrestre de este tipo y ellos son expertos en lucha urbana".

Debido al bloqueo que está sufriendo la zona, "no hay un lugar seguro en la Franja de Gaza", explica el periodista. En anteriores ofensivas se respetaban, por ejemplo, las escuelas de la ONU a donde los gazatíes acudían para protegerse y, añade, "esta vez no". Como transmite el periodista, este conflicto está marcado por el miedo. Como dice, "en anteriores ofensivas no había tenido esta sensación de miedo" lo que también está provocando una sensación de incertidumbre de cara al futuro. Como afirma, "no soy nada optimista de que esto vaya a acabar bien".