Andrea Ropero se ha trasladado hasta la Cañada Real, que afronta su tercer invierno sin luz, calefacción ni agua caliente, para saber cómo viven los vecinos esta delicada situación y si tienen alguna esperanza de que se resuelva. Además de con Houda Akrikez, una madre que asegura que"a 14 kilómetros del centro de Madrid tenemos el tercer mundo", también ha hablado con Elena, una de las habitantes más antiguas de la zona, que tiene que usar un generador y placas solares para tener electricidad. Un gasto difícil de abordar con su pensión de "675 euros" y ante el que recibe ayuda de su hijo.
Esta situación es especialmente complicada para las personas vulnerables, como los 1.800 niños que viven en la zona o los ancianos y enfermos. Es el caso de Antonio, que tiene una enfermedad pulmonar crónica para la que necesita un respirador que tiene que estar enchufado: "Si me quitan la máquina no puedo vivir", comenta. Por ello, ha tenido que poner placas solares y un generador, cuyo coste se lleva la mitad de su pensión: "A veces no me alcanza el dinero y no puedo pagar la gasolina", explica este hombre, que se emociona al hablar de la soledad que siente en un lugar donde, afirma, "no llegan las ambulancias porque el camino está cortado". "Tengo impotencia de que les pase algo y yo no pueda llegar a tiempo", asegura su hija en el vídeo sobre estas líneas.