Bernardine Evaristo, hija de un nigeriano y una británica blanca, se convirtió en la primera mujer negra galardonada con el prestigioso premio Booker por su novela 'Mujer, niña, otras' y reconoce que disfrutó cada momento. Ella tenía 60 años, una edad "increíble para irrumpir repentinamente en primera línea", pues opina que si te suceden estas cosas siendo más joven, a veces, es muy difícil de manejar: "A mi edad estoy muy segura de quién soy, de mis relaciones, conozco mi creatividad, sé cómo trabajo. Puedo manejar ese cambio brusco en mi carrera de un día para otro".
La escritora británica recuerda el momento en el que un periodista de la BBC hizo mención al premio, pero dijo que lo había ganado "Margaret Atwood y otra escritora". "Internet se incendió. La gente estaba tan enfadada por mí, y con razón", señala, y se pregunta por qué se olvidó de su nombre: "Era de nuevo entrar en discusión sobre las luchas a las que te enfrentas como mujer negra en esta sociedad. De repente me había hecho invisible. Yo era solo otra persona. Ni siquiera tenía un nombre", comenta, aunque aclara que tanto él como la cadena se disculparon y "todo se calmó".
De la igualdad, destaca que "algunos hombres la entienden como una discriminación, así que cuando las mujeres logran metas sienten que van a ser marginados". Algo que, según ella, se magnifica si eres una persona de color porque "tienes que vivir además en una sociedad racista". "Si eres mujer y de color tienes dos sistemas a los que enfrentarte, pero a pesar de todo esto, tienes que seguir luchando, enfrentarte a las estructuras y lograr el éxito", sentencia.