Gonzo entrevista a Toby Lanzer, coordinador humanitario de la ONU en Sudán del Sur, que cuenta su experiencia en este país: "He trabajado en Darfur dos años, en Angola, Rusia, Georgia… bastantes países. La masacre que he visto este fin de semana en Bentiu es lo peor que he visto en mi vida".

Las impresiones de Toby Lanzer las corroboran algunos líderes de la etnia Nuer, con quien Gonzo tiene la oportunidad de hablar en un campo de desplazados de la ONU en Yuba, la capital de Sudán del Sur.  "Cuando comenzó el conflicto la gente fue asesinada, incluso mujeres y niños. Supimos entonces que no había otro lugar donde estar seguros y los trajimos aquí", relata un desplazado.

"Cogían a los niños de diferentes sitios, los metían en una casa y le prendían fuego con ellos dentro", relata otro desplazado de Sudán del Sur. “Los Dinka controlan el Gobierno, tenían todas las armas y antes de que estallase el conflicto nos desarmaron porque sabían lo que iba a suceder”.

Gonzo pregunta a los desplazados si tienen miedo estando en la el espacio habilitado por la ONU tras el ataque  en  el campo de Bor. “Cuando capturan a algún Nuer en la capital, vienen hasta aquí, se ponen al otro lado de la valla y los degüellan con machetes".

En este punto interviene una mujer en la conversación afirmando que "tal vez este sea el año feliz" que les una. Sin embargo, un compañero no está de acuerdo y le censura: “Estas son cuestiones políticas. Si preguntas por la paz, las mujeres no pueden saber lo que puede pasar".

Como en todo conflicto étnico, quienes en unas zonas del país son víctimas se convierten en verdugos en aquellas regiones que son predominantes. Los jefes de algunas comunidades dinkas así lo explican. "Todo el poblado fue quemado, no dejaban vivo a nadie, aunque fueran niños, o mujeres embarazadas, no respetaban nada. Cogían a los niños y los tiraban a las casas que quemaban".

Gonzo pregunta a una mujer dinka si hay futuro para Sudan del Sur. Ella se muestra tajante. "Para mí, como mujer, no hay ninguna esperanza. Quizás para los hombres sí, pero para mí no. Cuando los atacaban los árabes del norte respetaban a los niños y a las mujeres, pero estos nos matan como a los hombres".