Andrea Ropero entrevista en El Intermedio a Zuhaitz Gurrutxaga, exfutbolista de la Real Sociedad. Gurrutxaga, que llegó a Primera División con el equipo de su vida tras pasar por su cantera, sufrió problemas de salud mental del que ahora habla en este vídeo. Gurrutxaga recuerda cómo debutó en Primera División con 19 años: "Seguramente era demasiado joven y no supe gestionar aquella presión y responsabilidad que cargaba sobre mis hombros".

"Poco a poco empecé a sufrir problemas de salud mental como ansiedad, depresión y trastorno obsesivo compulsivo", destaca el exfutbolista, que afirma que "para triunfar a esa edad con toda la presión que hay existen dos opciones": "O eres más maduro de lo que te toca a esa edad o eres un inconsciente y no te das cuenta de nada de lo que pasa". "Si tú eres consciente que por un fallo en un partido, mete gol el rival y pierdes el partido y media provincia se va triste o enfadada, te mata", cuenta Gurrutxaga, que explica que tristemente se daba cuenta de ello.

"Poco a poco empecé a darme cuenta de que aquello me iba grande y prefería no jugar", afirma el exjugador de la Real Sociedad, que destaca que el año en el que más sufrió fue en el que el equipo de sus amores estuvo a punto de ganar la Liga al Real Madrid en 2003. Gurrutxaga explica con qué síntomas se empezó a dar cuenta de que tenía estos problemas de salud mental, a los que se sumó también una obsesión con la higiene:" Imagínate marcar a un delantero, pero no demasiado cerca porque su sudor te puede contaminar".

"No quería tocar nada ni a nadie, empecé a ser el futbolista más antipático de Primera División, no quería dar la mano a un aficionado y no me atrevía a coger un bolígrafo para firmar un autógrafo", afirma Gurrutxaga, que explica que fue su madre quien se dio cuenta de su problema y le animó a ir al psicólogo, algo que, asegura, "es lo mejor que he hecho" en su vida. Y es que el exdeportista lo tiene claro: "Es más difícil acreditar un esguince mental que de tobillo".