Tomás Plaza tiene 82 años lleva 11 meses viviendo en una residencia de ancianos de Madrid, a donde se fue con su mujer: "Pensaba 'aquí es nuestro paraíso final', porque sabemos que venimos a morir, pero qué tristeza saber que no vienes a morir, sino a que te defenestren, te maltraten constantemente, a que no haya personal para cuidarte o a que te den de comer basura", afirma rotundo en esta entrevista con Andrea Ropero.

Este hombre asegura que en su residencia la comida "no es comible en el 90% de los casos", la falta de personal llevó a que su mujer se hiciera sus necesidades y nadie la limpiara en más de una hora y que en algunas plantas no había aire acondicionado: "Había habitaciones que estaban a 40 grados. Si eso lo puede aguantar un ser humano, y más como están los pobres, la mayoría, que venga Dios y lo vea", explica Tomás.

Tomás se emociona mientras comenta que lo que más le duele "es ver sufrir a mi mujer" y destaca que, como ella, "hay mucha gente que no sabe quejarse, no tienen voz". Por ello, en el vídeo sobre estas líneas manda un claro mensaje a los políticos: "Hay que tomar cartas en el asunto".

"Se tienen menos derechos dentro de las residencias que fuera de ellas"

"Las comunidades autónomas han facilitado el negocio a costa de la atención de las personas mayores", afirma rotundo el presidente de la Plataforma por la Dignidad de las Personas Mayores en Residencias en esta entrevista con Andrea Ropero.

andrea ropero