La crisis sanitaria ha modificado por completo nuestra rutina en los últimos diez meses y ha introducido un nuevo elementos en ella: las mascarillas. Esta protección obligatoria ha influido en la forma en la que nos comunicamos, pues a causa de ella estamos perdiendo gran parte de nuestra expresividad.

Ante esta no tan nueva dificultad, es importante conocer otras formas de descubrir qué ronda por la cabeza de las personas con las que mantenemos una conversación. En este sentido, Pablo Ibarburu planteó un nuevo medidor de expresividad: el 'cejómetro', una alternativa a la sonrisa. El periodista de El Intermedio salió a la calle para comprobar la efectividad de su propuesta y esto es lo que descubrió.