En una nueva entrega de Intermedio Confidencial, Jorge Ponce se ha sumergido en el mundo de los tertulianos de televisión.
"A principios del siglo XIX, los tertulianos eran intelectuales que se reunían para discutir de política, literatura o filosofía, fomentando el debate, la tolerancia y el sentido crítico", ha explicado. Algo que "un poquito sí que ha cambiado".
Desde el año 2005, los debates se han multiplicado, haciendo de los tertulianos las nuevas estrellas del rock. "No destrozarán habitaciones, pero son igual de salvajes, rebeldes y deslenguados", ha comentado Ponce.
Los hay en todas las cadenas y programas, a todas horas: "Hay más tertulianos en las teles que niños andaluces en La Voz Kids". Pero, ¿cómo puede haber tantos? Jorge Ponce ha descubierto la verdad: son mitad humanos, mitad 'cyborgs'.
"Un día viendo laSexta Noche, noté un brillo especial en la mirada de María Claver, y no era por hablar de Podemos. Amplié la imagen y me di cuenta de que las palabras que decía iban apareciendo en su pupila", ha revelado.
"No solo eso, también me percaté de otro detalle: en su cuello había una imagen, un extraño símbolo que tienen también Javier Sardá, Elisa Beni, Ignacio Escolar, Isabel San Sebastián o Francisco Marhuenda", ha añadido.
Tras varios días investigando qué podía significar, el destino se cruzó con Jorge Ponce: "Era Pablo Simón, experto politólogo y habitual de las tertulias. Llevaba el mismo tatuaje".
Por ello, decidió seguirle durante todo el día, analizando cada uno de sus movimientos. Acudió a múltiples tertulias televisivas y, cuando terminó su jornada laboral, entró a una fábrica de un polígono industrial a las afueras de Madrid.
Un laboratorio de tertulianos
Para saber qué ocurre ahí, Jorge Ponce entrevistó al único vecino que se atreve a hablar. "Aquí viene muchísima gente. Entran en la nave por la noche y salen por la mañana hablando de Cataluña, de los perros peligrosos o de los carriles bici", reveló este.
Pero con está información no era suficiente. Por eso, Ponce decidió adentrarse con una cámara oculta "de manera ilegal". Allí descubrió el secreto: un laboratorio para convertir a los tertulianos en máquinas de opinión, una nueva raza.
"Los llaman los Ter-256, porque este es el número de temas de los que pueden opinar en un día", ha explicado Ponce, y funcionan con un microchip implantado en el cerebro.
Pero, ¿quién está detrás de este negocio? Iñaki López, presentador de laSexta Noche, llevaba años captando gente en Internet para implantarles opiniones.
"Sí, es cierto. Ten en cuenta que es una tertulia muy larga y es imposible que un ser humano normal pueda hablar durante tantas horas de tantos temas", ha confesado el periodista.
Otros momentos destacados
Además, Jorge Ponce destapa "la conspiración más importante de la historia: el movimiento ecologista", al que solo ha hecho frente Martínez Almeida: "O el alcalde de Madrid es un villano que quiere acabar con toda la población o sabe algo que nosotros no".
Escritora de 'Quiero y no puedo. Una historia de los pijos de España'
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