'Microracismos'
Lamine Thior y las creencias más racistas de la medicina: "Casi todas sirvieron para justificar la esclavitud"
Lamine Thior repasa en este vídeo las creencias más racistas en la medicina, desde las que hablaban de un funcionamiento del cuerpo diferente en negros y blancos, hasta las teorías más surrealistas sobre el color de la piel.

En una nueva entrega de 'Microracismos', Lamine Thior habla del racismo en la medicina. Comienza con un nombre propio, Samuel Cartwright, un hombre que "tenía muchos esclavos" y creía que los virus respiratorios en los negros se debían a una menor capacidad pulmonar: "No vaya a ser que lo de currar 18 horas a la intemperie tuviese algo que ver", ironiza.
Cartwright también fue el 'descubridor' de la drapetomania, según él una enfermedad mental de los esclavos negros que les hacía querer escapar de sus amos.
Como esta creencia médica hay más. De hecho, Lamine apunta que "casi todas sirvieron para justificar la esclavitud". En el vídeo sobre estas líneas, explica que "durante muchos años, se pensó que nuestros riñones funcionaban de forma distinta, la piel era más gruesa o teníamos terminaciones nerviosas menos sensibles, por lo que experimentábamos el dolor de forma diferente".
Joshia Clark Nott, mediados del siglo XIX, llegó a asegurar que los esclavos tenían un fenotipo especialmente diseñado para el trabajo duro en condiciones adversas, o como lo llama Lamine, "fenotipos duros".
Sin embargo, los estudios 'favoritos' de Lamine son aquellos en los que se intenta determinar "¿por qué somos negros?". Según Samuel Stanhope Smith, un ministro presbiteriano del siglo XVIII, se trata de una gran peca provocada por el exceso de bilis: "Y lo mejor es que pretendía ser un argumento a favor de la igualdad de la raza", señala el cómico.
Benjamin Rush, médico coetáneo, aseguró que la "negricidad", como él la llamaba, era una variante de la lepra y que podría blanquearse con tratamientos médicos. "Pensaban que se curaba igual que el COVID, con lejía", comenta Lamine con ironía, mientras afirma que, aunque parezcan lejanos en el tiempo, algunos de estos ejemplos "han seguido en los libros de medicina hasta hace poco".