Cristina Gallego se convierte en Margarita Robles para mostrar cómo pretende encauzar las relaciones diplomáticas con Venezuela. Como se puede ver, 'Margarita', junto con el 'recluta' Mateo, está a los mandos de un avión en dirección a la capital venezolana en la misión "Limpieza de imagen". El inicio de la misión no ha empezado con buen pie debido a que el 'recluta' ha fallado en la fase uno de la misión: en lugar de pintar a Hugo Chávez en el avión, para impresionar a Maduro, ha pintado a Manuel Chaves.

A pesar de ello, la 'ministra de Defensa' ha podido poner en marcha la segunda fase del plan, que consiste en pedir disculpas con una actuación musical "de la persona que mejor une las culturas venezolana y española: Carlos Baute". El cantante interpretará un poema compuesto por la mismísima 'Margarita': "A mí me gustan maduros".

La fase tres del plan es escribir un mensaje en el cielo de Venezuela que diga "Maduro no es un dictador". A pesar de que, como explica la 'ministra', tiene el C2 de "escribir con humo", el "no" queda tapado por una nube. 'Margarita' pide al recluta que dispare un misil a la nube que lo tapa pero Mateo, por error, dispara a Carlos Baute. "¿Sabe qué significa esto? Que le va a tocar a usted cantar la canción que he compuesto", le comunica la 'ministra'. Ante la 'amenaza' de tener que cantar, el recluta Mateo decide desertar y huye.