Los trabajadores de las ONG en Gaza son testigos de "las condiciones infrahumanas que está sufriendo la población", señala Andrea Ropero, que charla con Paulo Milanesio, coordinador de emergencias de Médicos Sin Fronteras en la Franja.

Este cuenta que la situación en Rafah, en el sur de Gaza, es "devastadora", pues expone que son testigos de "ataques indiscriminados" desde el 6 de mayo, cuando empezaron las operaciones del Ejército de Israel y "los bombardeos no cesan".

El médico indica que esta ciudad era el último lugar donde toda la población de la Franja había llegado buscando refugio pero desde que comenzaron los ataques israelís empezaron a ver "una movilización masiva de gente" que salieron de Rafah para establecerse donde están ellos, en Al Mawasi. "Una zona de playa donde la gente fue empujada a vivir de manera inhumana porque no hay servicio de agua potable, saneamiento, ni electricidad".

"Andar por Rafah es una experiencia de vida. La situación es apocalíptica. Uno va de la oficina a la casa, de la casa al hospital y todo lo que te rodea es necesidades, desesperación, familias destruidas y amontonadas, gente pidiendo", lamenta.

Milanesio recuerda que a pesar de que la Corte Internacional de Justicia ordenara a Israel que se detenga la invasión en Rafah, ellos siguen viendo cómo "la población civil está pagando con sus vidas las consecuencias de la guerra". Por eso, subraya la importancia de que se detenga la "masacre" y pide un alto el fuego duradero para lograr que la gente de Gaza deje de morir.