'Está todo inventado'

Mikel Herrán explica quiénes eran los "especuladores de guerra": "Eran como fondos buitre, pero sin el como"

El historiador cuenta como en la I Guerra Mundial, Gran Bretaña tuvo que financiarse a través de los llamados bonos de guerra. Estos fueron adquiridos por grandes empresas y gente rica "que ya estaban ganando dinero con la guerra".

El historiador cuenta como en la I Guerra Mundial, Gran Bretaña tuvo que financiarse a través de los llamados bonos de guerra. Estos fueron adquiridos por grandes empresas y gente rica "que ya estaban ganando dinero con la guerra".

Mikel Herrán, conocido como PutoMikel, vuelve a El Intermedio con su sección 'Está todo inventado'. En esta ocasión, el historiador centra su sección en los costes de la guerra. Como expone, "la guerra no suele ser la mejor idea para controlar el gasto. Incluso cuando la ganas puedes entrar en bancarrota o en deuda".

"La guerra siempre ha hecho ricos a unos pocos", apunta, "pero no sé si es lo que nos hace falta ahora mismo". Herrán afirma que lo que está pasando en la actualidad le recuerda "a lo que ocurrió hace poco más de 100 años, justo antes de la I Guerra Mundial". "Europa llevaba décadas en paz y, al final, estaban todos armándose hasta los dientes por si pasaba algo", añade. Cuando estalló la guerra, en julio de 1914, todos estaban convencidos de que el conflicto duraría poco, "un poco lo que le pasó a Putin invadiendo Ucrania".

La guerra se alargó y esto hizo que aumentara el gasto. "Por ejemplo, Gran Bretaña tuvo que multiplicar su gasto por 12 y para cubrir ese gasto inventaron los bonos de guerra", explica. Estos bonos fueron un fracaso y solo recaudaron 90 millones de los 250 millones que esperaban. "Lo mantuvieron todo en el más absoluto secreto y el Gobierno anunció a la prensa de que la gente se había pegado por comprar los bonos de guerra", explica. El historiador expone que los únicos que compraron estos bonos fueron grandes empresas y gente rica, que ya estaban ganando dinero con la guerra.

"Su modelo de negocio era prestar dinero al gobierno y luego, además, que les tuvieran que pagar la deuda unos años después con intereses", apunta. Como la guerra se extendió más de lo esperado, tuvieron que repetir la venta de bonos y esto provocó que la deuda de Gran Bretaña pasó del 25% al 125% del PIB. "Lo peor vino después de firmar la paz, porque los británicos estuvieron pagando la guerra durante los siguientes 20 años", explica.

"En 1921, cuando ya se había reconstruido todo lo que había que reconstruir, llegaron las consecuencias", añade Mikel: "El país entró en una crisis, con un 17% de paro, el 40% de los gastos iban para pagar la deuda que habían acumulado en la década anterior y, para hacer frente a la deuda, tuvieron que aumentar los impuestos lo que afectó, sobre todo, a las clases más humildes".

Herrán expone que la guerra fue "como una resaca de estas que te duele incluso dos días después" y todo era "horrible, menos para los que habían podido invertir en esos bonos de guerra". La prensa, como indica PutoMikel, los bautizó como "especuladores de guerra". "Eran como un fondo buitre, pero sin el como", añade, "no vendían armas pero seguían ganando muchísimo dinero cobrándose la deuda con sus intereses".