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Mikel Herrán reivindica la 'Q' en las siglas LGTBIQ+: "Es para toda esa gente que no quiere encajar con la norma"

Mikel Herrán reivindica en El Intermedio la importancia de las siglas LGTBIQ+ y su impacto en la sociedad con historias como la de Margarita Borrás o Elena de Céspedes. "Hablar de 'Queer' deja un espacio para todos los raros y la gente que rompe con la norma", explica el colaborador.

 Mikel Herrán reivindica la 'Q' en las siglas LGTBIQ+: "Es para toda esa gente que no quiere encajar con la norma"

Mikel Herránvisita un día más el plató de El Intermedio para reivindicar las siglas LGTBIQ+ y reflexionar sobre su función en la sociedad. "Yo entiendo que hay mucha confusión con las siglas y lo que significan, pero como tu maricón pintao en nómina, estoy aquí para explicártelo", comenta Mikel a Wyoming ante las dudas del presentador.

"La Q es del inglés 'Queer', una palabra que siempre se lanzaba contra maricas, bolleras, travestis… Podemos traducirla como rarito, desviado, gente que desafiaba las normas de género del momento", explica el historiador.

Hoy en día, añade, "la Q ya no es un insulto". Ahora es un "término paraguas para toda esa gente que no quiere encajar con la norma". Además, Mikel enfatiza: "Por mucho que quites una sigla, no puedes borrar una realidad, y es que ha habido desviados toda la historia de la humanidad."

Como ejemplo histórico, Mikel menciona a Margarita Borrás, una mujer con pene que vivió en la Valencia del siglo XV y fue condenada, no tanto por travestirse, sino por sodomía. "Sodomía, que es la forma católica de decir sexo por el sitio que no toca", bromea.

Entre las muchas historias que podrían contarse, el historiador destaca una de sus favoritas: la de Elena de Céspedes, una mujer nacida en el siglo XVI que decidió vivir como hombre tras ser abandonada por su marido. "De Elena pasó a llamarse Eleno", comenta.

Durante dos décadas, Eleno vivió como hombre, sirvió en el ejército y se formó como cirujano. "El problema vino cuando se enamoró y quiso casarse", explica Mikel. Para ello, tuvo que someterse a pruebas que evaluaran si podía "cumplir con sus funciones maritales". Sorprendentemente, "Céspedes, el hombre que 20 años antes había parido, pasó la prueba", relata el historiador.

Todo iba bien hasta que un antiguo compañero del ejército denunció a Eleno ante la Inquisición. Durante el juicio, Elena aseguró que, al dar a luz a su hijo, hizo tanta fuerza que le salió "un pellejo que se le empinaba". Sin embargo, cuando la Inquisición registró su cuerpo, el pellejo ya no estaba.

Elena alegó que, al enfermar durante su encarcelamiento, decidió extirparlo por su cuenta. A pesar de la explicación, la Inquisición concluyó que "había pactado con el diablo" y la condenó a vivir como mujer el resto de su vida.

Tras narrar esta historia, Mikel reflexiona: "Hoy en día, esta temible letra Q, la de 'Queer', nos permite no clasificar a gente como Céspedes, que estuvo toda su vida entre dos mundos. Hablar de 'Queer' deja un espacio para todos los raros, desviadas y la gente que rompe con la norma."

"Sé que al decir LGTBIQ+ a veces se nos traba la lengua, pero si podéis decir 'esternocleidomastoideo', con esto también podéis", concluye Mikel Herrán.

Descubre más historias como la de Elena de Céspedes en el vídeo completo de El Intermedio.