Manzanares el Real se ha quedado sin su único parque infantil después de que una decisión judicial haya dado la razón a la aristócrata Almudena de Arteaga, duquesa del Infantado, en su reclamación del terreno que ocupaba ese parque, propiedad de su familia durante siglos, pero que había sido cedido por su abuelo en 1975.

El experto en historia de El Intermedio, Mikel Herrán, 'PutoMikel', explica en el vídeo sobre estas líneas que esto de los nobles arrebatando servicios públicos no es nuevo. Ya lo hizo Francisco de Sandoval y Rojas, también conocido como el duque de Lerma, valido del rey Felipe III que expropió un hospital para construirse un palacio.

"Cuando llegó al puesto de valido en unos 23 años consiguió multiplicar por diez sus rentas anuales", cuenta 'PutoMikel', que recuerda que este hombre fue el que trasladó la capital de Madrid a Valladolid. Este movimiento, comenta, hizo que "bajaran los precios en Madrid", lo que aprovechó el duque para "comprarse medio Madrid". Además, recibió varios regalos de parte del Ayuntamiento para que devolviera la capital, desde huertas a acordonar las calles donde tenía sus casas.

Al construirse su palacio cerca del hospital general y no querer tener enfermos en sus puertas, presionó al Ayuntamiento para que convencieran al rey de trasladar el centro al albergue de pobres de Atocha, porque "ahí cabrían mucho mejor los muertos". Después de hacerlo, el consistorio decidió regalarle el edificio al duque "para mantener la estética de la fachada". Aprovechando el momento, Lerma pidió hacerse un pasadizo para, en caso de que hubiera un monasterio, tener acceso para oír misa sin pisar la calle.

Finalmente, el duque de Lerma devolvió la capital a Madrid en una jugada que Mikel define como "brillante": "Compró un palacio en Valladolid, se hizo con el precio, trasladó la capital ahí, se inflaron los precios, vendió sus propiedades, compró propiedades en Madrid y la trasladó de vuelta, pelotazo doble", explica.