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La reflexión de Angy Fernández, diagnosticada con depresión a los 19 años, ante Andrea Ropero: "Me faltaba amor propio"

"A la gente no le tiene que dar vergüenza decir que tiene depresión, yo lo he contado para visibilizarlo, porque es algo muy común y no nos tiene que dar vergüenza", defendía Angy Fernández en El Intermedio.

Angy Fernández confiesa a Andrea Ropero su experiencia con la depresión: "Me he dado cuenta de que lo que me faltaba era amor propio"

Angy Fernández no tenía todavía 20 años cuando ya había participado en un 'reality show', era una cantante de éxito y una de las actrices del momento por su participación en la serie 'Física o Química'. Pero, a pesar de triunfar en el ámbito laboral, en su lado más personal la polifacética y joven artista ya había sido diagnosticada con depresión. De ello hablaba con Andrea Ropero en un reportaje de El Intermedio a principios de año.

De hecho, todavía tiene que lidiar con ella. "Cada día voy al teatro, tengo la suerte de poder estar trabajando y vuelvo a casa y siento esa sensación de vacío. Has hecho reír, a lo mejor, a 400 personas con tus compañeros, y de repente llegas a tu casa y... ostras, ¿qué me pasa? ¿qué me falta?", reflexionaba.

A base de convivir con la enfermedad, ha descubierto que lo que le faltaba era "amor propio y autoestima". Su inesperado cambio de vida, mantener una "relación tóxica" y el éxito repentino fueron los factores que la llevaron hasta ella, además de "traumas de la infancia", como el fallecimiento de su padre. "De repente, estalló".

La artista critica que aún sigue habiendo mucho tabú acerca de la depresión, a pesar de que personalidades del mundo de la cultura y la música a nivel nacional e internacional, como Dani Martín, Ángel Martín, Miley Cyrus, Ariana Grande, Lady Gaga o Bad Bunny, ya hablan abiertamente de ella.

"Mucha gente, a lo mejor no con la depresión, pero sí con la ansiedad", aseguraba para después advertir que está afectando cada vez más a las personas más jóvenes. "A la gente no le tiene que dar vergüenza decir que tiene depresión, yo lo he contado para visibilizarlo, porque es algo muy común y no nos tiene que dar vergüenza", defendía.

Después de años de tratamiento, advertía de que "la medicación es un parche, pero no sirve para nada sin terapia". Por ello, no dudaba en reclamar a las autoridades que pusieron los medios necesarios para atender a las personas con problemas de salud mental. "Me considero privilegiada porque con mi trabajo me puedo pagar un psicólogo, pero hay gente que no se lo puede pagar", reivindicaba