Chile está viviendo fuertes protestas. Este país ha sido el campo de experimentos del neo-liberalismo en latinoamérica. Desde la caída de Pinochet, el país ha apostado por las privatizaciones, incluidas las de las pensiones y los servicios básicos.
El detonante fue la subida del precio del billete de transporte público. Las clases medias y las más desfavorecidas se sientes abandonadas por el gobierno de Sebastián Piñera, y exigen cambios políticos, entre ellos la derogación de la Constitución de 1980, cuando el dictador Pinochet todavía era el jefe del Estado de ese país.
El periodista Pedro Azócar ha relatado para El Intermedio desde Santiago de Chile cómo se incrementó un modelo capitalista extremo en el país latinoamericano. "Un grupo de 25 familias concentran la riqueza económica del país, Sebastián Piñera es parte de ese grupo selecto", ha explicado el periodista.
"El sueldo en Chile son 770 dólares mensuales y una noche de hospitalización vale 1.500 dólares. Nadie puede pagar eso. En el primer semestre del 2018 murieron 9.724 personas esperando atención pública en el sistema público de salud. El 50% de los pensionistas no superan los 212 dólares", ha denunciado.
Todo estalló por los estudiantes, que ante el futuro esperado se movilizaron. El error, a juicio del periodista, fue que el mandatario sacara a los militares al a calle, resucitando al espíritu de Pinochet. "La situación es cada vez más compleja porque lo que cuestiona la ciudadanía es la legitimidad de la Constitución del 1980. Es un movimiento que carece de liderazgos políticos definidos. No hay una cabeza política", ha sentenciado.
Otros momentos destacados
En España también se movilizan los ciudadanos. En una ocasión, El Intermedio quiso poner un 'punto de desahogo' y los españolesestallaron por el precio abusivo de los alquileres. "¡Así no hay quien se independice!", decía uno.
'Inusual'
Inés Rodríguez visita una planta de reciclaje en Bangladesh: "Las prendas de materiales reutilizados se hacen en estas condiciones"
La reportera se ha desplazado hasta Bangladesh para mostrar, de primera mano, como funciona la industria textil en este país. Inés visita una planta de reciclaje de materiales como plástico que, después, se envía hasta China para hacer ropa.