Las presiones hacia Luis Gonzalo Segura se hacen evidentes en estas conversaciones. Las charlas intimidatorios pasan del enfado a la compasión y de ahí, a la amenaza velada: "Hay que darle el margen al jefe de equivocarse y obeceder aunque esté equivocado, ¿me explico? Esa es la disciplina militar", recita su superior convencido de su discurso. Pese a todo el teniente Segura se muestra fuerte en su postura: "Me han llegado a ofrecer condecoraciones, subidas de calificaciones, un puesto mejor... y lo que quisiera con tal de estar callado y no seguir denunciando", sentencia.
Segura tiene claras las consecuencias que puede tener su paso por 'El Intermedio'. "Supongo que me expulsarán del Ejército por estar aquí esta noche o me destinarán a una unidad en la que me puedan machacar. Se comportan como mafiosos. Delante de las cámaras intentan mantener la corrección pero esto pasará y cuando los focos dejen de alumbrarme ajustarán cuentas conmigo", confiesa el teniente Segura.