Erik Harley se desplaza hasta la localidad de Getaria, en Gipuzkoa, donde se encuentra el Museo Balenciaga: "El primer caso de pormishuevismo de alta costura guipuzcoano", asegura el colaborador de El Intermedio, ya que este proyecto que en un primer momento estaba presupuestado en 4,8 millones de euros acabó costando 30.

Este palacio se quiso convertir en museo porque fue donde el conocido diseñador dio sus primeros pespuntes y, a pesar de que iba a estar terminado para el 2003, acabó abriendo sus puertas en 2011. ¿La razón? En 2007 se desvelaron los "pufos" que había detrás del proyecto: desde regalos, hasta viajes y contratos sospechosos que triplicaron el sueldo del arquitecto cubano, Julián Agilados, que no tenía el título homologado en España y con el que, según Vanity Fair, el alcalde de Getaria, Mariano Camio, tuvo una "historia secreta de amor".

(*) Desde laSexta.com estamos recuperando los mejores momentos de la hemeroteca de El Intermedio.