Reportaje de Andrea Ropero

Sonia Lamas, sobre el acoso de los grupos antiabortistas: "Les dicen a las mujeres que hay riesgo de suicidio y cáncer de mama"

La portavoz de ACAI y Dator indica que los grupos antiabortistas llevan a cabo un acoso "directo". Abordan a las mujeres que entran o salen de la clínica y "les empiezan a hablar de las bondades de la maternidad"

La portavoz de ACAI y Dator indica que los grupos antiabortistas llevan a cabo un acoso "directo". Abordan a las mujeres que entran o salen de la clínica y "les empiezan a hablar de las bondades de la maternidad".

El Senado ha acogido una cumbre antiaborto y ha dejado polémicas declaraciones como las de Carmen Fernández de la Cigoña, directora del Instituto CEU de Estudios de la Familia y miembro de la Asociación Católica de Propagandista, en las que reivindicó el uso del rezo público frente a las clínicas abortivas. Andrea Ropero ha visitado los alrededores de una de estas clínicas y ha podido charlar con una Sonia Lamas, portavoz de la Asociación de Clínicas Acreditadas para la Interrupción del Embarazo (ACAI) y de Clínica Dator, para conocer cómo les afectan estos actos.

Los grupos contra el aborto han abierto centros a pocos metros de las clínicas de Interrupción del embarazos. Lamas indica que el acoso de los grupos antiabortistas es "directo y diario". "A todas las mujeres que entran y salen de la clínica, estos grupos organizados, las abordan, entran en su esfera mas íntima entregándoles panfletos donde se les dice a las mujeres que si abortan pueden llegar a tener riesgo de suicidio o cáncer de mama", explica. Lamas indica que cuando las mujeres ejercen su derecho al aborto, "es una decisión muy reflexionada y muy tomada".

Ropero expone que los grupos antiabortistas han abierto cinco centros en un radio de menos de 500 metros. Para Lamas, esto es "un acoso organizado". La portavoz de ACAI y Dator explica que en el centro que está frente a la clínica, "les empiezan a hablar de las bondades de la maternidad y si la mujer, por cualquier cuestión, no corta esa conversación, le invitan a ir a otro de los centros para que le hagan una ecografía".

La reportera expone que ese tipo de acoso está penado por ley. Lamas explica que la reforma tuvo como positivo "poner sobre la mesa que este tipo de acoso estaba sucediendo". A pesar de ello, indica que la reforma "nació huérfana de las zonas de seguridad". En otros países, como apunta, "han legislado para que todos los centros sanitarios tengan esa zona de seguridad porque, en pleno siglo XXI, sigue habiendo grupos que van a poner todas las trabas posibles para que las mujeres ejerzamos nuestros derechos".

Los trabajadores también sufren el acoso de estos grupos. Cuando no tienen identificada a la trabajadora la abordan como si fuera una paciente, mientras que cuando saben que lo son, "si pasan por nuestro lado nos llaman asesinas o si salimos del centro nos ofrecen trabajo". "A nosotras nos incomoda pero no nos importa", argumenta, "nos preocupa mucho lo que les pase a las mujeres".