En su cuarto día cómo 'el jefe infiltrado', Manuel acude a uno de sus locales de La Mar de Gambas. Allí conoce a Florín, el camarero. "No se puede tardar tanto en las mesas", riñe el camarero a 'el jefe', que en su primer día atendiendo la terraza comete varios errores.
La lentitud de 'el jefe' a la hora de servir las mesas empieza a poner nervioso al trabajador, hasta el punto de interrumpir de malas maneras delante de los clientes. "¿Has visto las voces que me está dando?", pregunta alucinado 'el jefe' a los clientes, que no dan crédito. Incluso, el camarero acude a la terraza y termina llevándoselo, algo que indigna a 'el jefe infiltrado': "No me gusta como me ha tratado".
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Y la cosa no queda ahí y es que el duro carácter de Florín sale a relucir también con los clientes. Cuando una mesa se queja de la tardanza en tomarles la comanda, lejos de pedir disculpas, Florín responde que no son los únicos clientes. "Si no le gusta, ahí tiene muchos bares", responde Florín a los clientes, algo que deja muy sorprendido a 'el jefe', que lo califica de "poco profesional".

Hemeroteca
El jefe infiltrado presencia cómo una camarera intenta cobrar de más a unos clientes mediante tarifas inventadas
Dado Lima, el jefe de Toro Burger, no daba crédito a lo que sus oídos escuchaban. "Coste extra de 3 euros", decía su camarera a unos clientes. Algo, que no era cierto y él sabía... Sin embargo, tenía que callar para no delatarse.