"¿Pero esto qué es? ¿Una tienda o una discoteca?", se queja el jefe infiltrado nada más llegar al local de la tienda de la calle Alcalá que está desde primera hora con la música a todo volumen. La primera impresión de su empleado no puede ser peor, afirma 'Rober'. "Acabo de llegar y ya me está metiendo caña", lamenta. "Al principio hay que tener un poco de mano dura, porque de otra manera, esa persona no va a aprender nunca", declara ante las cámaras Raúl.
El trabajador no permite ni una sola sugerencia. "Tú no me enseñas a hacer mi trabajo", le recalca a su 'pupilo' mientras no le deja ni respirar. "Un poquito de brío, hijo", le pide. La parte positiva es que sigue a rajatabla los tiempos y las temperaturas del horno. "Minipunto para Raúl".
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Raúl estalla cuando 'Rober' saca el móvil y empieza a utilizarlo mientras él le está contando todo lo que tiene que hacer. "Yo intentando enseñarle y el tío va y se saca el móvil en mi cara", comenta indignado en su entrevista personal con el equipo de El jefe infiltrado. "El teléfono, en el bolsillo", le recrimina. "Madre mía, ¡qué genio tiene este tío!", comenta 'Rober' a los cámaras.