Los jefes, Álvaro y Ángel, se deshacen de sus identidades y se enfrentan de nuevo, cara a cara, con sus empleados después de pasar con ellos unos días en el trabajo. No todos les han proporcionado la misma buena impresión y los dos primos se encargan de poner los puntos sobre las íes por los fallos y las cosas positivas que han apreciado en estos días a su lado.
Arturo: "Acepto el premio, pero sigo desmotivado y me han desmotivado más"