Manel Real, el creador y jefe de la empresa de reformas Som-Hi se introducía en su plantilla para tratar de cerca la forma en la que sus empleados se comprometían con su trabajo. Para que no le descubriesen, se hacía pasar por César Arístides, un bibliotecario cincuentón, con gran pasión por el poeta William Faulkner y por sus conocidas citas.
Para los empleados era el participante de un concurso televisivo, 'Nunca es tarde', mediante el que intentaba mostrar que la reincorporación al mercado laboral no era una cuestión de edad. Recordamos la divertida reacción que tuvo su familia al ver su espectacular cambio.
Su primera jornada parecía transcurrir con total tranquilidad, pero el enfrentamiento con Joel, el lampista, dejaba ver uno de los momentos más tensos del programa. La razón de su discusión se centraba en que 'El Jefe' había llegado tarde a su puesto de trabajo, motivo por el que Joel, se mostraba muy enfadado.
'El Jefe' le reprochaba su mal carácter, aunque hacía caso omiso a su compañero y enseñaba su cara más arisca: "A mí que me digas que soy duro, me lo voy a pasar por el forro". Harto de sus faltas de respeto y sus reproches, decidía finalizar la conversación y dejaba clara una decisiva decisión:"A este tío no lo quiero trabajando en Som-Hi, es un gilipollas".
En su segunda jornada como empleado de Som-Hi, tenía como tarea acompañar a Chito, un albañil con una gran historia de superación detrás. Chito, confesaba la grave enfermedad que tuvo su mujer, y el gran apoyo que supuso para ella: "Tuve que abandonar el trabajo. En aquel momento era mejor estar por ella, que no por mi puesto de trabajo".
Tras su confesión, Manel se emocionaba al conocer la grave enfermedad que había sufrido la mujer. Para implicarse a fondo, el empresario conocía al matrimonio, y empezaba a darse cuenta de lo necesario que era la positividad ante las adversidades: "Me retroalimenta ver que otras personas con problemas graves tienen buen humor y ganas pese a todo".
En su tercera jornada, Manel Real, se ponía a prueba ayudando a Rafael a colocar un toldo. Debido a su miedo a las alturas, no conseguía lograr su cometido por completo y pasaba uno de los momentos más angustiosos: "Me he puesto nervioso, no soporto las alturas".
A pesar de ello, Rafael no fue nada comprensivo con el empresario: "Respira allí, que me estás poniendo nervioso". Aún así, Manel no dejaba de ponerle voluntad, algo que no pasaba desapercibido para el cliente, que pronunciaba unas palabras provocando su emoción: "Tienes mi recomendación, porque los mayores de 50 años también tenemos derecho a ganarnos la vida".
'El Jefe Infiltrado' se reunía con los trabajadores en las oficinas centrales de Som-Hi. Uno de los mejores momentos era el encuentro entre Joel y el empresario, en el que 'El Jefe' confesaba su desencanto con el empleado: "Tú comportamiento conmigo fue vergonzoso, me disté mucha caña y me dejaste en evidencia delante de una clienta".
Además, 'El Jefe' mostró su sorpresa: "Esperaba encontrarme un gran trabajador, y me encontré una persona muy nerviosa e irascible". Pese a todo, Manel decidió darle un voto de confianza a Joel: "Yo no soy cómo tú, estoy dispuesto a darte una oportunidad".Un gesto que demostraba la verdadera ilusión que generaba en Joel.
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El jefe infiltrado de La Mar de Gambas alucina con el 'método Rocío': "Lo del palito será broma, ¿no?"
"Esta mujer se está quedando conmigo", alucina 'el jefe infiltrado de La Mar de Gambas al descubrir el método de su empleada Rocío: calcular a 'ojo' el tiempo de cocción de las gambas, en concreto, "cuatro minutos y un palito".