La jefa infiltrada tiene nuevo nombre: Ainara Azcona. El primer día entra a trabajar como dependienta en una franquicia junto a Matilde, 'la dependienta agobiada'.
Tras una mañana intensa en la que se da cuenta que ha cambiado algunas normas como el volumen de la música, o no tener a mano la tabla de alérgenos, la jefa infiltrada se queda preocupada al ver que no puede hacer nada porque Matilde no le deja. A su vez, Matilde se ve superada por la situación y se derrumba al no poder con todo.
Por ello, la jefa infiltrada le da ánimos y salen juntas a pasear. Ahí, descubre el pasado de Matilde. La dependienta de Juicy Avenue fue adoptada con seis años y vivió una infancia pensando que su madre no la quería, llevándole eso a una depresión con 17 años por creer que no era lo suficientemente buena.
La jefa infiltrada se va conmovida al conocer su historia de vida.
El reparto a domicilio saca de quicio a la jefa infiltrada: "Al ver a María me he acojonado"
En su segundo día de infiltración, Sandra conoce a María, la jefa de repartidores: "lenta y furiosa, un volcán en permanente erupción": "Al ver a María me he acojonado.
La encargada de Juicy Avenue se salta las normas y pone en riesgo la salud del cliente
Sandra, la jefa infiltrada, conoce a Nayra, una de las encargadas de Juicy Avenue. No atiende a las alertas de exceso de ingredientes, algo que puede poner en riesgo la salud de los clientes.
Perdidos en Madrid antes de la primera entrega: la jefa de Juicy Avenue se infiltra como repartidora
De la calidad y el servicio que ofrecen los proveedores depende gran parte del éxito del Juicy Avenue. La Jefa infiltrada pasa el día con Luismi, sus errores ponen en tensión a Ainara.
María alucina con el regalo de su jefa: "Me parece excesivo"
Tras descubrir que Ainara no era su compañera, María alucina al conocer cara a cara a la directora ejecutiva de la empresa en la que trabaja.
Hemeroteca
"Si regalas servicios, yo no te los tengo que pagar": el jefe infiltrado acusa a su empleada de tratar el negocio como su "chiringuito"
En el día de las revelaciones, el jefe de UrbanClean tenía muchas cosas que decirle a Laura. Los trucos y triquiñuelas de su empleada con los clientes enfadaron mucho a Julio Alonso, que fue testigo de todo tras la falsa identidad de Ximo.