El jefe infiltrado acude a L'Antiga valenciana del Grau en su cuarto día. Se trata del local más representativo de la empresa, ya que fue el primer local que se abrió y, por lo tanto, los dueños no admiten fallos.
Allí el jefe conoce a Flor, la dependienta, a la que no se le da demasiado bien hacer las bolas de helados, algo que deja alucinado a el jefe. Por otro lado, el jefe infiltrado alucina al ver cómo Flor tiene colocadas las tarrinas del helado.
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"Tenemos un departamento de marketing que ha hecho un soporte para colocar los vasos y las tarrinas", explica el jefe a cámara, donde no puede evitar mostrar su indignación por cómo los tiene colocados Flor: "Parecen tarrinas enfundadas con preservativos".

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El jefe infiltrado de Grúas Barragán se quitó la careta el día de las revelaciones ante sus empleados. Cuando llegó el turno de hablar con David, Ismael Calahorro, además de hacerle ver los (muchos) fallos cometidos, decidió hacerle un bonito regalo.