Desde que en España se contabilizan los asesinatos de mujeres por violencia de género, la cifra alcanza las 1.027 mujeres asesinadas. En 2019, 51 mujeres han muerto a manos de sus parejas o exparejas. Estos datos, alarmantes, no son los únicos que nos ayudan a entender la dimensión de la violencia de género en nuestro país.
Desde que en 2007 se puso en marcha el 016, teléfono de atención a las víctimas y que no deja rastro, se han atendido 850.150 llamadas. En este último año, hasta septiembre, se han asistido más de 51.000 llamadas al 016.
Otro dato, casi 30.000 mujeres tienen que llevar protección policial para protegerse de sus agresores. En marcha están además 1.353 dispositivos activos para hacer seguimiento de las órdenes de alejamiento.
Respecto a los maltratadores, sabemos que más de 7.000 hombres están ahora mismo en prisión por haber cometido delitos de violencia de género.
Además, según una macroencuesta realizada por el Ministerio de Interior en 2015, el 12,5% de las mujeres reconocía haber sufrido violencia física o sexual en algún momento por parte de sus parejas o exparejas.
También, según datos de la misma encuesta, son especialmente preocupantes los motivos por los que hay mujeres que todavía no han dado el paso de denunciar, a pesar de estar sufriendo violencia machista. Un 44,6% de ellas minimizaron la situación o creían que podrían resolverlo solas; el 26,56% de las víctimas no lo hacía por miedo; y el 21,08% no denunció por vergüenza. Por eso, ahora, se pone el acento en romper el silencio.
Cuatro llamadas el 29 de octubre
La consellera de Justicia ignoró en tres ocasiones el ofrecimiento de la delegada del Gobierno de medios para la DANA
Pilar Bernabé habló por teléfono cuatro veces con Salomé Pradas y solo a las 17.00 horas aceptó activar la UME, pero solo en Utiel. La alerta llegó más tarde, cuando en una reunión del CECOPI llamó la alcaldesa de Paiporta.